jueves, 7 de julio de 2011

CARACTERÍSTICAS DE LAS SIGUIENTES MANIFESTCIONES CULTURALES

PINTURA: no hubo escuelas ni academias de pintura durante la colonia. La practica de este arte respondía a las necesidades de la Iglesia y comenzó con la ejecución de copias e imitaciones de pinturas originales traídas de España o de las colonias de mayor desarrollo como México y Santa Fe de Bogota. El oficio de pintar estuvo generalmente en manos de mestizos y pardos, bajo la dirección de misioneros y frailes, y consistió en la pintura de imágenes de santos, episodios bíblicos y retratos de personalidades de la Iglesia. La poca calidad de los modelos, el origen social de los artesanos encargados de su ejecución y la imposibilidad de éstos de conocer directamente obras y maestros extranjeros, determino que la pintura colonial en Venezuela fuera anónima, escasa y de poca calidad artística.

El auge económico del siglo XVIII, después del establecimiento de la Guipuzcoana, se reflejo también en un desarrollo relativo de la pintura. Sin apartarse de la temática religiosa y dentro de una abundante producción anónima de carácter popular, la pintura fines de la colonia permite identificar a algunos destacados artistas, entre los cuales sobresale como el más representativo, Juan Pedro López.

El movimiento de independencia significó un cambio de orientación y una ruptura con el arte colonial exclusivamente religiosa. Con él aparece el retrato civil y militar, y sobre todo, surge la pintura histórica, que recoge en el lienzo los episodios fundamentales de la lucha por la independencia nacional. En este aspecto debemos mencionar el nombre de Juan Lovera (1778-1841), considerado como el iniciador de la pintura histórica de nuestro País, gran retratista, y autor de dos obras fundamentales de este genero: 19 de Abril de 1810 y el 5 de Julio de 1811.

La pintura histórica iniciada por Lovera encontró eminentes cultivadores en Martín Tovar y Tovar, Cristóbal Rojas y Arturo Michelena.


MUSICA: con la fundación de algunas escuelas fundamentales se inicio la enseñanza del canto llano, que más tarde paso a ser materia de estudio en la Universidad de Caracas. El propósito de la instrucción musical que se impartía era principalmente religioso a objeto que los estudiantes aprendieran e interpretaran en la Iglesia los cantos de la liturgia católica.

El conocimiento y el cultivo del arte musical comenzó propiamente en la segunda mitad del siglo XVIII (1770), gracias a los esfuerzos del padre Pedro Sojo y Juan Manuel Olivares, quienes fundaron en Caracas una academia de música entorno a la cual se formo un grupo de jóvenes talentosos cuya obra a quedado como testimonio del progreso musical alcanzado en las últimas décadas del período colonial.

En las composiciones musicales predominaron siempre los temas religiosos; hasta finales de la colonia cuando el movimiento de la independencia aportó nuevos motivos de inspiración para los nuevos artistas de la época.

En el caso la música se señala el hecho que fue a partir de esa época que se trajeron a Caracas los primeros texto de enseñanza musical, los primeros instrumentos y partituras de algunos compositores de la época.

“Los verdaderos fundadores del arte musical fueron Pedro Sojo y Juan Manuel Olivares en 1770. Aquel trajo de Roma un archivo de música clásica, texto de enseñanza y los primeros instrumentos de viento, aumentado después... Con Olivares estableció con Sojo la academia de música donde aprendieron Cayetano Carreño, autor de la oración del Huerto; José Ángel Lamas del popule meus. Lino Gallardo compositor festivo y Juan Landaeta futuro autor del Himno Nacional Gloria a Bravo Pueblo. Los primeros pianos llegan a Caracas en 1796. En 1797 el ayuntamiento mandó a construir un teatro (en las esquinas del conde Carmelita) donde se cantó una primera opera en 1810.

ARQUITECTURA: el estudio de la arquitectura como expresión cultural de la colonia es importante por la estrecha relación que tuvo con la fundación y crecimiento de las ciudades, las necesidades de la Iglesia Católica y la defensa del territorio de los ataques de piratas, corsarios y contrabandistas. Se le puede considerar, pues, en sus tres aspecto de arquitectura, civil, religiosa y militar.

Al fundar la ciudad el conquistador repartía solares para la construcciones de las casas de los vecinos, la Iglesia y la sede las autoridades de la nueva población. Las primeras viviendas se edificaron utilizando la técnica y los materiales indígenas. En la media que crecía la ciudad fueron surgiendo nuevas y mejores casas en las cuales aparecen cada vez mas la influencia de la arquitectura Española que mezclada con los aportes indígenas, dio origen a un tipo característico de vivienda que conocemos como casa colonial. La casa colonial tiene espacio más amplios, techos altos, paredes gruesas, fachadas con portales y ventanas, patios y corredores interiores.

La arquitectura civil no produjo en la colonia palacios ni casas suntuosas, como sucedió en posesiones más ricas del imperio español. Pero fué una arquitectura modesta, sencilla y sobria en el empleo de elementos decorativos costosos y en perfecta armonía con los recursos materiales del medio. Sin embargo las construcciones del periodo colonial fueron las de tipo religioso, tanto por sus caracteristicas arquitectónicas, como por el papel que desempeñaron en las tareas del culto y la evangelización de lo indígenas.

Otras edificaciones notables del periodo fueron los castillos fuertes, fortines y murallas levantadas en las costas y en el río Orinoco para defender la colonia de los frecuentes atacas de saqueadores extranjeros.


LA EDUCACIÓN: la característica anotadas de la cultura colonial se ponen en manifiesto, al estudiar el sistema de educación vigente durante el periodo. En primer termino, la iglesia católica tuvo en sus manos la orientación espiritual de la vida social e impuso su sello exclusivo a la enseñanza. En las escuelas, seminarios y universidades, el pensum de los estudios se reducía a materias religiosas y solo se podrían inscribirse en los planteles los hijos de familias blancas.

La primera publica elemental se fundo en Caracas en 1591, costeada mediante una asignación de 50 pesos que recogía en ayuntamiento entre los vecinos. Diez años mas tarde se estableció una cátedra de gramática; y funcionaban también estudios elementales en los conventos de la ciudad. En 1673 comenzó a funcionar el seminario de santa Rosa de Lima, bajo el gobierno del obispo el cual se trasformo a partir de 1725 en la “Real y Pontificia Universidad de Caracas”.

En las principales ciudades de la colonia fueron surgiendo escuelas elementales y colegios con las mismas características anotadas anteriormente. En Cumana, la segunda en importancia después de Caracas, no hubo escuelas de primeras letras hasta 1759 cuando se estableció en la ciudad una clase de gramática latina para instruir a los jóvenes que aspiraban a sacerdocio.

La educación colonial tuvo un carácter oscurantista y conservador destinado a fortalecer la monarquía absoluta y afincar los lazos de independencia de las colonias con la metrópolis. La introducción y distribución de libro y escrito subversivos era un delito grave que se castigaba hasta con la pena de muerte.

La Real y Pontificia universidad de Caracas fue foco de las ideas conservadoras de la colonia, y aun entrando en el siglo XIX y hasta la víspera de declararse la independencia, predominaba en ella un espíritu enteramente opuesto al de todo el mundo civilizado.

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